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  • Es la ignorancia la que a veces resulta incomprensible para el sabio; por ejemplo, puede que no vea a "la persona positiva" o a "la persona negativa" en blanco y negro, como hace mucha gente. Un sabio puede no entenderlo porque, como catalizador de la sabiduría, pero no sabio a sus propios ojos, incluso él puede aprender de los necios y devolverles lo aprendido. Pensar que un individuo no tiene absolutamente nada que ofrecer es, en contra de la intuición, lo que el sabio considera "la ignorancia de la desesperanza".

    Criss Jami (2015). “Killosophy”, p.19, Criss Jami