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Las estaciones cambian y tú cambias, pero el Señor permanece siempre el mismo, y las corrientes de su amor son tan profundas, tan anchas y tan llenas como siempre.
Las estaciones cambian y tú cambias, pero el Señor permanece siempre el mismo, y las corrientes de su amor son tan profundas, tan anchas y tan llenas como siempre.