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Intentaré alcanzar la libertad, se dice a sí misma el alma joven; ¿y va a ser impedida en ello por el hecho de que dos naciones se odien y luchen entre sí, o de que dos continentes estén separados por un océano, o de que a su alrededor se enseñe una religión que no existía todavía hace un par de miles de años? Todo eso no eres tú, se dice a sí mismo.