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Nada me apartará de la creencia de que todo hombre es amante de la verdad. No hay mentira pura, ni malignidad pura en la naturaleza. El entretenimiento de la proposición de la depravación es el último despilfarro y profanación. No hay más escepticismo ni ateísmo que ese. Si se convirtiera en creencia común, el suicidio despoblaría el planeta.