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Pero si juzgamos sólo las cosas que están en nuestro poder para ser buenas o malas, no queda ninguna razón ni para encontrar faltas en Dios ni para mantener una actitud hostil hacia el hombre.
Pero si juzgamos sólo las cosas que están en nuestro poder para ser buenas o malas, no queda ninguna razón ni para encontrar faltas en Dios ni para mantener una actitud hostil hacia el hombre.