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Creo que cuando hablamos de castigos corporales, y tenemos que pensar en nuestros propios hijos, y somos bastante reacios, me parece, a que otras personas administren castigos a nuestros propios hijos, porque somos reacios, nos impone una obligación especial de mantener el orden y de sacar de nuestras casas a niños que acepten la idea de la disciplina. Así que yo no estaría a favor del castigo corporal en la escuela, pero sí a favor de una disciplina muy fuerte en casa para no imponer una carga injusta a nuestros profesores.