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  • Oh, hay bendición en esta suave brisa, Un visitante que mientras abanica mi mejilla Parece medio consciente de la alegría que trae De los verdes campos, y de aquel cielo azul. Cualquiera que sea su misión, la suave brisa no puede venir a nadie más agradecido que a mí; escapado de la vasta ciudad, donde he pasado mucho tiempo como un residente descontento: ahora libre, libre como un pájaro para establecerme donde quiera.

    1799-1805 The Prelude, bk.1, l.1-9 (published 1850).