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Detén todos los relojes, corta el teléfono, Impide que el perro ladre con un jugoso hueso. Silencia los pianos y con tambor apagado Saca el ataúd, que vengan los dolientes.
Detén todos los relojes, corta el teléfono, Impide que el perro ladre con un jugoso hueso. Silencia los pianos y con tambor apagado Saca el ataúd, que vengan los dolientes.