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Las humillaciones de un niño sensible pueden ser muy divertidas para los adultos ordinarios de piel gruesa; pero para el propio niño son tan agudas, tan ignominiosas, que no puede confesarlasno puede sino negarlas apasionadamente.
Las humillaciones de un niño sensible pueden ser muy divertidas para los adultos ordinarios de piel gruesa; pero para el propio niño son tan agudas, tan ignominiosas, que no puede confesarlasno puede sino negarlas apasionadamente.