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  • El genio, cuando es empleado en obras cuya tendencia es desmoralizarnos y degradarnos, debe ser contemplado con aborrecimiento más que con admiración; tal monumento de su poder, puede ciertamente ser estampado con inmortalidad, pero como el Coliseo de Roma, deploramos su magnificencia porque detestamos los propósitos para los cuales fue diseñado.

    Charles Caleb Colton (1821). “Lacon: or, Many things in few words”, p.239