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No veo otra estrategia concebible para la consecución de la libertad que la acción política. La conversión religiosa o filosófica de cada hombre y mujer sencillamente no va a funcionar; esa estrategia ignora el problema del poder, el hecho de que millones de personas tienen un interés creado en el estatismo y no es probable que renuncien a él..... La educación en la libertad es, por supuesto, vital, pero no es suficiente; también hay que actuar para hacer retroceder al Estado.