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Lo primero que sorprende al viajero en los Estados Unidos es la innumerable multitud de personas que buscan salir de su condición original; y lo segundo es la rareza de la ambición elevada que se observa en medio del revuelo universalmente ambicioso de la sociedad. Ningún americano está desprovisto de un anhelante deseo de ascender, pero casi ninguno parece albergar esperanzas de gran magnitud o perseguir objetivos muy elevados. Todos buscan constantemente adquirir propiedades, poder y reputación.