-
Como Premio Nobel no puedo sino lamentar que el galardón no se concediera nunca a Mark Twain, ni a Henry James, hablando sólo de mis propios compatriotas. Escritores más grandes que ellos tampoco recibieron el premio. Hoy habría sido feliz -más feliz- si el premio se hubiera concedido a ese hermoso escritor que es Isak Dinesen.