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No llega nada... nunca nada. Y no puedo acostumbrarme a eso. Es esta monotonía, esta fijeza absoluta en la vida, lo que más me cuesta soportar. Me gustaría irme de aquí. ¿Irme? ¿Pero adónde y cómo? No lo sé, y me quedo.
No llega nada... nunca nada. Y no puedo acostumbrarme a eso. Es esta monotonía, esta fijeza absoluta en la vida, lo que más me cuesta soportar. Me gustaría irme de aquí. ¿Irme? ¿Pero adónde y cómo? No lo sé, y me quedo.