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  • Retírate inmediatamente del campo de la progresión espiritual, aléjate de la contemplación y del discurso hábil, no investigues ni medites sobre las divinidades, ¡y deja de concentrarte y de recitar libros de texto! Dime, ¿cuál es la naturaleza absoluta de la realidad que no deja lugar a dudas? ¡Escucha con atención! ¡Deja de aferrarte a esto o aquello, habita tu verdadera naturaleza absoluta y disfruta pacíficamente de la esencia de lo que es estar vivo!