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Porque la envidia, como el rayo, generalmente golpea en lo alto O en cualquier punto que sobresalga del nivel ordinario. LUCRECIO, De Rerum Natura Nuestra envidia siempre sobrevive a la felicidad de su objeto.
Porque la envidia, como el rayo, generalmente golpea en lo alto O en cualquier punto que sobresalga del nivel ordinario. LUCRECIO, De Rerum Natura Nuestra envidia siempre sobrevive a la felicidad de su objeto.