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  • El que busca la verdad debe contentarse con un camino solitario y poco transitado. Si no puede adorarla hasta que haya sido canonizada por los gritos de la multitud, debe ocupar su lugar con los miembros de aquella desdichada multitud que gritó durante dos largas horas: "¡Grande es Diana de los Efesios!", hasta que la verdad, la razón y la calma se ahogaron en el ruido.

    Frederick William Robertson (1867). "Sermones predicados en la Capilla de la Trinidad, Brighton", p.135