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Lo que aprendas de los malos hábitos y en la mala sociedad, nunca lo olvidarás, y será una punzada duradera para ti. Os digo con toda sinceridad, no como en la excitación del habla, sino como confesaría y he confesado ante Dios, que daría mi mano derecha si pudiera olvidar lo que he aprendido en la mala sociedad.