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La cárcel hace cosas extrañas a los hombres. Aunque su propósito es quebrar el espíritu libre de un hombre, en muchos casos sólo echa leña al fuego que nunca se ha apagado ni se apagará.
La cárcel hace cosas extrañas a los hombres. Aunque su propósito es quebrar el espíritu libre de un hombre, en muchos casos sólo echa leña al fuego que nunca se ha apagado ni se apagará.