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En Occidente nos hemos vuelto adictos al trabajo. Los estadounidenses trabajan ahora las horas más largas del mundo. Y el resultado no es salud, riqueza y sabiduría, sino mucha ansiedad, mucha mala salud y muchas deudas.
En Occidente nos hemos vuelto adictos al trabajo. Los estadounidenses trabajan ahora las horas más largas del mundo. Y el resultado no es salud, riqueza y sabiduría, sino mucha ansiedad, mucha mala salud y muchas deudas.