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  • Los cuerpos celestes no son más que un canto continuo a varias voces (percibido por el intelecto, no por el oído); una música que... marca hitos en el flujo inconmensurable del tiempo. Por tanto, ya no es sorprendente que el hombre, imitando a su creador, haya descubierto por fin el arte del canto figurado, desconocido para los antiguos. El hombre quiso reproducir la continuidad del tiempo cósmico... obtener una prueba de muestra del deleite del Divino Creador en sus obras, y participar de su alegría haciendo música a imitación de Dios.

    "The Sleepwalkers". Book by Arthur Koestler, 1959.