Una vez que el récord era mío, tenía que usarlo como un Louisville Slugger. Creía, y sigo creyendo, que había una razón por la que fui elegido para batir el récord. Siento que es mi tarea continuar donde Jackie Robinson lo dejó, y sólo conozco una forma de hacerlo. Es la única manera que he tenido de enfrentarme a cosas como las bolas rápidas y la intolerancia: seguir golpeándolas.