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La mítica América, esa tierra maravillosa, heroica y sentimental, era un objeto de fe. Te desafiaba a dar el salto del creyente sobre los rudos hechos que tenías a tus pies.
La mítica América, esa tierra maravillosa, heroica y sentimental, era un objeto de fe. Te desafiaba a dar el salto del creyente sobre los rudos hechos que tenías a tus pies.