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Un rostro se asomó. Toda la noche gris resplandecía en un caos de vacío; Nada más que un inmenso dolor había allí El dulce engaño ido.
Un rostro se asomó. Toda la noche gris resplandecía en un caos de vacío; Nada más que un inmenso dolor había allí El dulce engaño ido.