-
La política siempre ha abarcado dos tipos distintos de problemas: los problemas de rutina administrativa y los que pueden denominarse "cuestiones del momento". Una cuestión del momento es, en efecto, un sustituto de alguna noción, como la idea de Dios, o la monarquía hereditaria, o la gloria nacional, que ha actuado hasta ahora como símbolo de la coordinación humana. No aporta ninguna certeza positiva nueva que sustituya a la certeza desacreditada, sino que es lo que su nombre indica: el planteamiento de una pregunta a la que la certeza antigua ya no responde.