Autores:
  • Te metías en una obra y conocías el sistema y aprendías a ser dirigido, y luego podías ser director. Así que siempre lo he hecho. Siempre fue un hobby. Lo curioso es que cuando empecé a cobrar por hacerlo como trabajo profesional, perdí mi afición. Ya no sé qué hacer. Ahora tengo que dedicarme a otra cosa.

    Fuente: collider.com