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Hay una delgada línea por la que tengo que caminar a lo largo del proceso de escritura de una novela. Es la línea que separa el drama del melodrama, la línea que separa la evocación de emociones auténticas de la manipulación.
Hay una delgada línea por la que tengo que caminar a lo largo del proceso de escritura de una novela. Es la línea que separa el drama del melodrama, la línea que separa la evocación de emociones auténticas de la manipulación.