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Creo que en algún momento todos buscamos algo: un poder superior, como quieras llamarlo, el sentido de la vida. Sé que yo lo estuve, sobre todo a la edad de mi hijo, cuando tenía 20 años, y me interesé por las filosofías orientales, el yoga, el budismo, el cristianismo y el islam. Las toqué todas, tratando de entender el significado de la vida o, si no, de entenderme a mí misma.