-
Mi sistema inmunitario siempre ha sido demasiado acogedor con los gérmenes. Es demasiado cortés, el equivalente biológico de una anfitriona sureña que invita a sus simpáticos microbios a quedarse un rato y comer un poco de salsa de alcachofas.
Mi sistema inmunitario siempre ha sido demasiado acogedor con los gérmenes. Es demasiado cortés, el equivalente biológico de una anfitriona sureña que invita a sus simpáticos microbios a quedarse un rato y comer un poco de salsa de alcachofas.