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El futuro será menos predecible, las previsiones de crecimiento se reducirán, la vida de las empresas se acortará, proliferarán los nuevos competidores y todo será cada vez más impredecible. Si pensabas que las crisis financieras iban y venían, cuenta con ellas: otro colapso económico, casi va a ser como si ya no hubiera noticias. Pero para las startups esto es genial, porque es un motor perpetuo de disrupción.