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  • No debemos rehuir las oportunidades en las que nuestra fe pueda ser probada. Cuanto más me encuentre en posición de ser probado en la fe, más oportunidad tendré de ver la ayuda y la liberación de Dios. Cada nueva instancia en la que Él me ayude y me libere aumentará mi fe. El creyente no debe retroceder ante situaciones, posiciones o circunstancias en las que su fe pueda ser probada, sino que debe aceptarlas alegremente como oportunidades para ver la mano de Dios extendida en ayuda y liberación. Así se fortalecerá su fe.