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¡Oh, qué desgracia si una raza tan despreciada y vil, que adora a los demonios, conquistara a un pueblo que tiene la fe del Dios omnipotente y se hace glorioso con el nombre de Cristo!
¡Oh, qué desgracia si una raza tan despreciada y vil, que adora a los demonios, conquistara a un pueblo que tiene la fe del Dios omnipotente y se hace glorioso con el nombre de Cristo!