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Por muy malvados que sean los hombres, no se atreven a mostrarse abiertamente enemigos de la virtud, y cuando desean perseguirla, o fingen creerla falsa o le atribuyen crímenes.
Por muy malvados que sean los hombres, no se atreven a mostrarse abiertamente enemigos de la virtud, y cuando desean perseguirla, o fingen creerla falsa o le atribuyen crímenes.