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Preguntémonos seria y honestamente: "¿En qué creo después de todo? ¿Qué clase de hombre soy después de todo? ¿Qué clase de espectáculo daría después de todo, si la gente que me rodea conociera mi corazón y todos mis pensamientos secretos?". ¿Qué clase de espectáculo doy ya a los ojos de Dios Todopoderoso, que ve a cada hombre tal como es?".