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No hay nada como los primeros días calurosos de la primavera, cuando el jardinero deja de preguntarse si es demasiado pronto para plantar las dalias y empieza a preguntarse si es demasiado tarde.
No hay nada como los primeros días calurosos de la primavera, cuando el jardinero deja de preguntarse si es demasiado pronto para plantar las dalias y empieza a preguntarse si es demasiado tarde.