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Es en nuestra propia mente y no en los objetos exteriores donde percibimos la mayor parte de las cosas; los necios apenas saben nada porque están vacíos y su corazón es estrecho; pero las grandes almas encuentran en sí mismas una serie de cosas exteriores; no tienen necesidad de leer ni de viajar ni de escuchar ni de trabajar para descubrir las verdades más elevadas; sólo tienen que ahondar en sí mismas y escudriñar, si se puede decir así, sus propios pensamientos.