-
Toda mujer virtuosa desea un marido a quien acudir en busca de guía y protección a través de este mundo. Dios ha puesto este deseo en la naturaleza de la mujer. Debe ser respetado por el sexo fuerte. Cualquier hombre que se aprovecha de esto, y humilla a una hija de Eva para robarle su virtud, y arrojarla deshonrada y manchada, es su destructor, y es responsable ante Dios por el hecho.