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Enrollemos toda nuestra fuerza, y toda Nuestra dulzura, en una bola: Y rasguemos nuestros placeres con áspera lucha, A través de las puertas de hierro de la vida. Así, aunque no podamos hacer que nuestro sol se detenga, lo haremos correr.
Enrollemos toda nuestra fuerza, y toda Nuestra dulzura, en una bola: Y rasguemos nuestros placeres con áspera lucha, A través de las puertas de hierro de la vida. Así, aunque no podamos hacer que nuestro sol se detenga, lo haremos correr.