-
A menudo, muy a menudo, estoy solo. Mi estudio en Amsterdam, (Beckmann vivió en el centro de Amsterdam durante la Segunda Guerra Mundial.) un enorme y viejo almacén de tabaco se llena de nuevo en mi imaginación con figuras de los viejos tiempos y de los nuevos, como un océano movido por la tormenta y el sol y siempre presente en mis pensamientos. Entonces las formas se convierten en seres y me parecen comprensibles en el gran vacío e incertidumbre del espacio que yo llamo dios.