-
Es una gran presunción atribuir nuestros éxitos a nuestra propia gestión, y no estimarnos a nosotros mismos sobre cualquier bendición, más bien como es la generosidad del cielo, que la adquisición de nuestra propia prudencia.
Es una gran presunción atribuir nuestros éxitos a nuestra propia gestión, y no estimarnos a nosotros mismos sobre cualquier bendición, más bien como es la generosidad del cielo, que la adquisición de nuestra propia prudencia.