-
El ciudadano que cree ver que la ropa política de la mancomunidad está desgastada y, sin embargo, se calla y no promueve un traje nuevo, es desleal, es un traidor. El hecho de que sea el único que piensa que ve esta decadencia no le excusa: es su deber agitar de todos modos, y es el deber de los demás rechazarle si no ven el asunto como él.