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Toda la naturaleza salvaje cuenta la misma historia: las sacudidas y los estallidos de los terremotos, los volcanes, los géiseres, las olas e inundaciones rugientes y atronadoras, el brote silencioso de savia en las plantas, las tormentas de todo tipo, todos y cada uno, son los latidos de amor ordenados y creadores de belleza del corazón de la naturaleza.