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Llegó un momento en que empecé a publicar y a gozar de una escasa posición en el mundo literario, y empecé a conseguir casi todo lo que muchos de ustedes, graduados, esperan, excepto el dinero. Conseguí muchas de las cosas que la sociedad me había prometido que me harían sentir completo y realizado: todas las cosas que la cultura te dice que, a partir del preescolar, calmarán la ansiedad palpitante que llevas dentro. Conseguí cierto prestigio, el respeto de otros escritores, incluso una pequeña fama. La cultura dice que estas cosas te salvarán, siempre y cuando también consigas mantener tu peso bajo. Pero la cultura miente.