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  • En el curso natural de las cosas, cada ciudadano tiende hacia su función más apta. Aquellos que son competentes para el tipo de trabajo que emprenden, tienen éxito y, en la media de los casos, avanzan en proporción a su eficiencia; mientras que a los incompetentes, la sociedad pronto los descubre, deja de emplearlos, los obliga a probar algo más fácil y, finalmente, recurre a su uso.

    Herbert Spencer (1858). “Essays--scientific, political and speculative”, p.324