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Debemos ayudar a todos nuestros jóvenes a comprender que el nuestro es todavía un país muy pobre, que no podemos cambiar radicalmente esta situación en poco tiempo, y que sólo mediante el esfuerzo unido de nuestra generación más joven y de todo nuestro pueblo, trabajando con sus propias manos, podrá China hacerse fuerte y próspera en un plazo de varias décadas. El establecimiento de nuestro sistema socialista ha abierto el camino que conduce a la sociedad ideal del futuro, pero traducir este ideal en realidad requiere un duro trabajo.