-
La lógica débil, las incoherencias y la alienación del pueblo son características comunes del autoritarismo. Los implacables intentos de los regímenes totalitarios de impedir el libre pensamiento y las nuevas ideas y la persistente afirmación de su propia rectitud les acarrean un inmovilismo intelectual que proyectan sobre la nación en general. La intimidación y la propaganda trabajan en un dúo de opresión, mientras el pueblo, sumido en el miedo y la desconfianza, aprende a disimular y a guardar silencio.