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Precioso Salvador, ven en espíritu, y pon Tu fuerte y suave abrazo de amor sobre nuestros queridos niños y niñas, y guarda a estos nuestros corderos de los colmillos del lobo.
Precioso Salvador, ven en espíritu, y pon Tu fuerte y suave abrazo de amor sobre nuestros queridos niños y niñas, y guarda a estos nuestros corderos de los colmillos del lobo.