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La naturaleza no tiene propósito. La naturaleza simplemente es. La naturaleza nos puede parecer bella o terrible, pero esos sentimientos son construcciones humanas. Nos resulta difícil aceptar este sinsentido total y absoluto. Sentimos una gran conexión con la naturaleza. Pero la relación entre la naturaleza y nosotros es unilateral. No hay reciprocidad. No hay mente al otro lado del muro.