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Al venir a la vida como clásicos, vienen a la vida como otros que ellos mismos; se les priva de su fuerza antagónica, del extrañamiento que era la dimensión misma de su verdad.
Al venir a la vida como clásicos, vienen a la vida como otros que ellos mismos; se les priva de su fuerza antagónica, del extrañamiento que era la dimensión misma de su verdad.