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Un mar de plomo, un cielo de pizarra, ya el otoño en el aire, ¡ay! Una dura monotonía de piedra, el largo hotel, agudamente blanco, contra la luz del atardecer, se tiñe de gris verdoso, y toma el tono de la hierba.
Un mar de plomo, un cielo de pizarra, ya el otoño en el aire, ¡ay! Una dura monotonía de piedra, el largo hotel, agudamente blanco, contra la luz del atardecer, se tiñe de gris verdoso, y toma el tono de la hierba.